domingo, 24 de agosto de 2025

ME DA PENA CHILE

Termino de leer los diarios de hoy y me da pena Chile. Un país engañado. Un país enajenado. Vive fuera de la verdad. Sin saberla. Y por eso es capaz de cualquier despropósito. 

Pero no sólo Chile está engañado. También el mundo desconoce la verdad con respecto a Chile. Tanto que hoy aparece una inserción de la Corte Interamericana de DD. HH. que lo prueba. Es inverosímil (para quienes sabemos la verdad, toda la verdad, porque nos hemos dedicado a eso.) El destacado aviso notifica a una larga lista de exmilitares presos de que, en los juicios en su contra, no se debe aplicar la llamada "media prescripción". 

Ese aviso es casi un chiste cruel. ¿Qué le importa a Miguel Krassnoff que le apliquen o no la media prescripción en algunos juicios, si está ya hace más de treinta años preso a raíz de procesos viciados, en que lo han condenado a más de mil años, contra la ley expresa, faltando a la verdad y por un delito que no existe?

Porque lo está por "secuestro", delito que no pudo cometer, pues, de acuerdo con el tenor literal del párrafo 2 del título III del Código Penal, el secuestro está tipificado sólo respecto a "particulares". Y él, como militar en servicio, no era un "particular". 

Pero, además, nunca se ha sabido de persona alguna que estuviera secuestrada permanentemente (es decir, hasta hoy) por exmilitares. Nunca ningún juez lo probó ni podría probarlo. Y para derrotar la presunción de inocencia de cualquiera el juez debe probar la existencia del delito y la responsabilidad del imputado en haberlo perpetrado. 

Es que fue sólo un truco de un juez de extrema izquierda que lo "inventó". Su nombre: Alejandro Solís, que lo usó para eludir las leyes de amnistía y prescripción. Lo reconoció, públicamente, ante mí, en 2015, en el programa de TVN "El Informante". Confesó que había recurrido a una "ficción jurídica", como la llamó, y que no era jurídica, por supuesto. Para aclarar más las cosas expresó: "No digo que ésa fuera la realidad". ¡Una justicia penal de fantasía! Pero que privaba de su libertad a centenares de exmilitares.

Además, nunca nadie pudo decir que hubiera habido efectivamente algún secuestrado en poder de algún condenado, como aseveraban las sentencias judiciales "creativas", que la Corte Suprema refrendaba y refrenda hasta hoy. Esto es fantasmagórico. Pero en el hecho sirve para sustraerle muchos millones de pesos anuales al erario, a título de indemnización por secuestros que no existen.

La Corte Interamericana dice que no se puede aplicar la media prescripción (que en el hecho no es eso, sino una reducción de la pena) a un delito que no existe, pero ha sido usado para meter presos a más de 500 exmilitares, de los cuales más de cien han muerto. ¿Cómo no va a dar pena un país en que eso sucede y prácticamente nadie dice ni hace nada al respecto?

Leo en el mismo diario la columna del rector Carlos Peña. Critica al empresario Juan Sutil, que ha incursionado en política, por no haber sido suficientemente condenatorio de "la dictadura", término con el cual casi todos, sólo después de 1990, se empezaron a referir al gobierno que salvó a Chile del comunismo y lo convirtió en "la joya más preciada de la corona latinoamericana" según lo describía Bill Clinton en carta a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en los '90. 

Peña le enrostra a Sutil "la tortura" bajo el gobierno militar, olvidando que bajo el de su máximo héroe político, Salvador Allende, se torturaba crónicamente y él, que se sepa, no decía nada. En El Mercurio del 20 de enero de 1972 aparecían in extenso las aplicaciones de corriente al presidente de la Juventud Nacional, perpetradas por el Subdirector de Investigaciones, Carlos Toro, comunista. Y Allende no desmentía la publicación ni se refería a ella ni menos pedía la renuncia al funcionario comunista torturador. Claro que ésa fue una de las razones del Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973 para pedir la destitución de Allende por, entre muchas razones, haber "incurrido en frecuentes detenciones legales y tolerado que las víctimas sean sometidas en muchos casos a flagelaciones y torturas". Antes, ya en 1970, cien abogados socialistas habían denunciado a Frei Montalva por torturar a los presos del MIR. Los partidarios de Frei torturador y de Allende torturador difaman a Pinochet, bajo quien por primera vez se condenó a torturadores (caso "Comando de Vengadores de Mártires" en los '70).

Pobre Chile, el único país que eligió por sufragio a un "marxista integral", Allende, (con trampa en el escrutinio, es cierto, pero nadie la persiguió".) Y que después de haber sufrido la ruina completa bajo el marxismo, en 2021 eligió a otro que estaba "a la izquierda del comunismo". Da mucha pena.

Pobre Chile, pobre de su gente que no sabe la verdad. Se cree una y otra vez el "cuento del tío" de la izquierda. La ciudadanía vota a ciegas, porque le han lavado el cerebro con consignas. Quema lo que debería adorar --el régimen que le dio los mejores treinta años de su historia-- y adora lo que debería quemar --los regímenes de Allende, Bachelet II y Boric, que le han dado los peores años de su historia.

Contumacia; "tenacidad y dureza en mantener un error". Pobre país contumaz.

jueves, 21 de agosto de 2025

NUEVA "PASADA" DE ME-O

La casta política ha fundado un negocio tan rentable económicamente que podríamos hablar de una "industria" de alto rendimiento.

Ésta atrae a "empresarios" como ME-O, que en 2021 obtuvo 500 mil votos. De acuerdo con las normas establecidas por los políticos en beneficio de ellos mismos, esos votos le rentaron a ME-O mil pesos cada uno, de modo que el erario lo "remuneró" con unos $500 millones. Para que pudiera "sobrevivir" estos cuatro años, hasta que ahora ha vuelto a presentarse y a hacer otra "pasada".

Pues tiene la perspectiva de recibir un valor actualizado de $1.500 por voto recibido. Es decir, si mantiene el respaldo de hace cuatro años, los contribuyentes le vamos a dar $750 millones a ME-O para que pueda sobrevivir en los próximos cuatro años. Hasta la siguiente elección y así sucesivamente, como Salvador Allende, eterno candidato, que con humor contestó una vez a la pregunta de cuál le gustaría que fuera su epitafio, diciendo: "Aquí yace Salvador Allende, futuro presidente de Chile". 

¿Entiende usted ahora por qué hubo más de seiscientos aspirantes a "sacrificarse por la patria" durante cuatro años?

Pero ME-O ni siquiera estudia un poco para ganarse esos "porotos", porque recién, en un foro en Concepción, trató a Johannes Kaiser de "Kaiser-Kast", como si éste fuera la misma cosa que José Antonio. 

Pues eso sólo indica que ME-O ni siquiera estudia ni se informa un poco, porque obviamente "Kaiser-Kast" es un oxímoron. Kaiser es candidato justamente porque Kast "se cambió de bando" en el último proceso constituyente y se pasó al de Piñera-Boric que querían una nueva Constitución, en circunstancias que el pueblo había votado masivamente por el Partido Republicano por ser el único que se oponía a una nueva Constitución. Esa vuelta de chaqueta generó la renuncia de Kaiser a esa colectividad y la fundación por su parte del Partido Nacional Libertario, que quiere reeditar "los mejores 30 años de la historia de Chile" con la misma Constitución, modelo socio-económico y sentido de autoridad que nos legó Pinochet, al sentar entre 1985-1990 las bases para continuar el "milagro chileno", entonces aplaudido en todo el mundo no comunista, y bajo un clima de libertad, autoridad y orden.

ME-O tiene que comenzar por leer mi libro "Trampantojo", donde explico el notabilísimo y chilenísimo (por la cantidad de "vueltas de chaqueta" y por su manifiesta inconstitucionalidad) segundo proceso constituyente. 

Porque si sigue en su actual estado de analfabetismo político, lo va a empezar a pasar tan mal en los foros presidenciales como Jeannette Jara, que ha resuelto ausentarse de ellos, es decir "vender el sofá", según el conocido chiste de don Otto.

lunes, 18 de agosto de 2025

PINOCHET - MILEI - KAISER

El "milagro chileno" comenzó a gestarse cuando Milton Friedman le dijo a Pinochet algo muy sencillo: que si equilibraba el presupuesto, al año siguiente iba a estar creciendo al 7 por ciento. Ya en 1975 se habían puesto en vigor las medidas liberalizadoras fundamentales, pero el déficit fiscal persistía.

A comienzos de ese año su ministro Roberto Kelly le hizo ver a Pinochet que, según sus economistas de Odeplan, todos los indicadores seguían en rojo y, si no tomaba medidas radicales, el gobierno iba al fracaso económico. Pinochet le hizo caso y le dio plenos poderes a Jorge Cauas, su ministro de Hacienda, que aplicó un tratamiento de shock y disminuyó la nómina de la burocracia estatal. En ese tiempo había 300 mil funcionarios públicos, de los cuales 90 mil debieron irse bajo las medidas de Cauas. Y en 1977 el país ya estaba creciendo al 7 por ciento anual y no se detendría hasta que sobrevino la crisis de la deuda externa en 1982 y se inició "la década perdida de América Latina".

De ésta, Chile fue el primero en salir, a partir de 1985, cuando el ministro Hernán Bûchi ajustó de nuevo el gasto para pagar los compromisos, pero bajó impuestos y privatizó empresas estatales, que usted podía comprar con pagarés de la deuda chilena recibidos a su valor nominal, muy superior a lo que costaban en la bolsa de Nueva York. Así, junto con disminuir la deuda externa y el déficit fiscal que engrosaban las empresas estatales con pérdidas, Pinochet culminó su gestión con el país creciendo 10,6 % en 1989, según cifras del Banco Central.

La tasa de impuesto a las empresas Bûchi la bajó al 10 %. Pero las empresas pagaban cero si reinvertían sus utilidades. 

Entonces se iniciaron "los mejores 30 años de la historia de Chile", 1985-2015. Este último año Michelle Bachelet liquidó el "modelo chileno", al cual las medidas de izquierda ya le habían "rayado bastante la pintura", cuando en 2015 acentuó las alzas de impuestos. Y como llevó a los comunistas al gobierno, además se deterioró la legislación laboral. Y Chile se estancó. Y sigue estancado ya por una década. El PIB habría caído en 2023 y crecido cero después si no hubieran venido millones de argentinos y brasileños a aprovechar nuestro dólar alto (debido a la fuga de capitales generada por Boric), para comprar acá barato para ellos. Eso ha fortalecido el consumo interno y permitido no decrecer el 2023 y crecer algo sobre 2 % después.

En Argentina eligieron a Milei, contra todos los pronósticos, y éste adoptó medidas similares a Pinochet y esgrimió la motosierra fiscal, reduciendo gastos y cerrando ministerios y órganos burocráticos. Y por eso Argentina va a crecer cerca de 6 % este año.

Acá el único programa sólido de los candidatos actuales es el de Johannes Kaiser, con 200 páginas de medidas para resucitar el "milagro chileno", reduciendo los 25 ministerios de apitutados de izquierda a nueve, rebajando impuestos y compensando todo eso con el corte del abuso a costa del Estado que perpetra la burocracia dorada socialista-comunista. Ésta gana en promedio 50 % más ($964.453 promedio) que lo que se obtiene ($635.134) en el sector privado (La Tercera, 20.11.21, dato nunca contradicho ni desmentido).

Es impresionante el programa de Kaiser, expuesto por el economista Víctor Espinosa en un video en que detalla cómo se irá mejorando a la masa de los chilenos, todo financiado con medidas como supresión de 689 programas estatales deficientes y "fundaciones-sanguijuelas", en que se gastan enormes recursos, para beneficio exclusivo de la burocracia dorada.

La masa de 5 millones de votantes obligados y apolíticos (no saben de política, pero sí de tonterías, pues tiene sentido común) va a decidir la elección. Y ésa será la hora de Kaiser, pues Kast se esmera en repetir que "he dicho diez veces que no soy pinochetista", en circunstancias que el pueblo trabajador y honrado lo que más añora es volver al país de Pinochet, con paz interna, sin conflicto en la Araucanía ni inmigración desatada, con mil delincuentes y terroristas presos (que fueron indultados por Aylwin después) y creciendo al 6,4 % anual, como en 1985-1989, con desempleo reducido a 5 % en enero de 1990 (Banco Central).

Lea el programa de Kaiser y votará por él, porque fue lo que resultó bien bajo Pinochet y está resultando bien bajo Milei.

viernes, 15 de agosto de 2025

¿SOMOS O NOS HACEMOS LOS TONTOS?

En décadas pasadas, cuando alguien decía o hacía una tontería, en los medios de opinión solía aparecer la pregunta: "¿es o se hace el tonto?" A veces resumidamente: "¿es o se hace?"

Días atrás, comentando la importancia o no de que un Presidente cuente con mayoría en el Congreso, José Antonio Kast declaró que no consideraba tan relevante la tarea del Poder Legislativo, para los efectos de gobernar.

A partir de ahí se desataron acusaciones absurdas, simplemente tontas, en el sentido de que eso significaba que Kast se proponía "gobernar por decreto" y se le calificó de "autoritario" y "extremo". Pero eso es una tontería. Simplemente no es así.

Lo que dijo Kast constituyó una apreciación objetiva de una realidad y en manera alguna implica "gobernar por decreto". En el país, en todo momento, están vigentes las leyes que rigen su ordenamiento social y de acuerdo a las cuales los tres poderes ejercen sus funciones. Si el Congreso se paraliza, siguen vigentes las leyes actuales y no pasa nada. En ese sentido es menos relevante que los otros poderes.

Supongamos que por cualquier motivo el Poder Legislativo dejara de dictar leyes. Eso no alteraría la vida nacional. Si no se anunciara esa paralización, la población ni siquiera se enteraría de ella, porque está atenida a la normativa y legalidad existentes.

El Congreso puede despachar nuevas leyes, y al hacerlo debe someterse a la Constitución. Y ésta establece que, en las materias más relevantes, la iniciativa de ley debe originarse en el Ejecutivo, es decir, el Presidente de la República.

Por otra parte, si el Congreso no desarrollara ninguna actividad, eso en nada alteraría la normalidad nacional. El resto de las instituciones y personas seguirían actuando bajo la legislación existente. 

El Presidente puede dictar decretos en uso de su potestad reglamentaria. Debe atenerse a la ley. Si el Congreso no hace nada, el Presidente sí puede hacer mucho, dictando decretos, reglamentos y resoluciones atenidos a las legislación vigente.

En ese sentido el Parlamento es poco relevante: si no hace nada, no pasa nada. Si el Ejecutivo no hace nada, sobreviene el caos. Si paraliza el Poder Judicial, hay peligro de que impere una completa ilegalidad, La "ley de la selva". En ese sentido el Legislativo es menos relevante, porque su inactividad no altera la normalidad. La inactividad del Ejecutivo sí la alteraría. Lo mismo la del Poder Judicial.

Por cierto, el Parlamento, actuando, puede ser muy relevante, como lo fue, a través de la Cámara de Diputados, el 22 de agosto de 1973, cuando tomó un acuerdo en uso de la facultad que le confería el artículo 39 de la Constitución de entonces.

Pero incluso en su tarea legislativa está limitado por el poder del gobierno de manejar las urgencias y vetar proyectos de ley.

Claro, hay aspectos en que el Poder Legislativo puede tomar decisiones relevantes. Aunque, si no las adopta, no pasa nada. Por ejemplo, el Senado puede declarar la incapacidad del Presidente de la República por mayoría de votos, de acuerdo con la Constitución actual. Si alguna vez lo hiciera, sería muy relevante. Pero si sucede lo normal, que es que no lo haga, nada sucede. La mera presencia del Parlamento es irrelevante. En cambio, si el Ejecutivo o el Judicial no hacen nada, se altera por completo la vida interna. Esa es la diferencia entre dos poderes más relevantes y otro menos relevante. La mencionó Kast.

Pero si entra en acción puede acusar constitucionalmente a miembros de los otros poderes y destituirlos, incluso al Presidente de la República. 

Su inacción no es relevante para la normalidad del país. Y su acción está limitada por el carácter co-legislador del Ejecutivo.

De modo que la observación de Kast se ajusta a la realidad. y lo que no tiene nada que ver con ésta es concluir que por eso pretende "gobernar por decreto". 

martes, 12 de agosto de 2025

¡CÁLLATE!...Y PAGA

Esta "democracia defectuosa", como la cataloga The Economist, no sólo es lo segundo, sino que está dejando de ser lo primero. Los tres poderes han abandonado el respeto a la Constitución: el Ejecutivo, se comprometió en un proceso inconstitucional para redactar una nueva Carta y se hizo cómplice de retiros de fondos previsionales acordados de un modo también inconstitucional; el Legislativo, se arrogó atribuciones, al tomar la iniciativa para promover retiros, exclusiva del Ejecutivo. Un "parlamentarismo de facto", confesó uno de sus perpetradores; y el Judicial desquiciado, prevaricando ya por veinte años y con enorme lucro, para sustraer fondos al erario mediante fallos contra leyes expresas y vigentes. Lo confesó ante las cámaras Alejandro Solís, el juez creador de artificio ilegal. Aparte de que otros jueces se arrogaron la facultad de "legislar", en el caso de las isapres. Todos impunes.

En estos días se avanza un paso más en la anomia: se castiga la libertad de expresión. En el nivel básico un profesor marxista les grita "¡cállate!" a alumnos que, en sus hogares, han oído la verdad histórica y se la representan. Pero él logra hacerlos callar. En un nivel superior, pero con la misma eficacia, la izquierda silencia a los mayores. El epítome se habría alcanzado, aunque no lograron perpetrarlo, cuando la Cámara pretendió en 2023 "derogar" su Acuerdo de 22 de agosto de 1973, en el 50ª aniversario, cuando diputados opositores lo volvieron a leer en sala. Pero una mayoría derrotó la autocensura. El Acuerdo resucitó, tras 33 años de su ocultamiento, desde el 11 de marzo de 1990.

Ahora se avanza otro paso: amenaza institucionalizada a la libertad de expresión. Kaiser, parlamentario y candidato presidencial, en una entrevista coincidió con las personalidades democráticas más destacadas, que en 1973 instaban a los militares a poner término al régimen, devenido dictatorial e inconstitucional, de Salvador Allende. "Esto se arregla sólo con fusiles" decía un desesperado Frei Montalva. La mayoría creía lo mismo. 

Kaiser, preguntado en una entrevista, opinó que, de repetirse las mismas circunstancias, apoyaría la acción militar. Y por eso ahora es víctima de persecución ante el Servicio Electoral y el Tribunal Constitucional, para que sea sancionado con la cancelación de su colectividad recién fundada y la anulación consiguiente de su candidatura presidencial. Sólo por ejercer su libertad de expresión. Si, como entonces, la Corte Suprema declarara la ilicitud de la conducta del Ejecutivo, la Contraloría objetara sus transgresiones, si la respaldaran los principales colegios profesionales y, en particular el de Abogados, cuyo presidente hizo publicar, en octubre de 1973, una separata de la Revista de Derecho y Jurisprudencia para declarar la legitimidad de lo actuado por los militares ¿hoy no lo harías igual? Si hoy opinas eso ¡cállate!

La mala noticia es que al único candidato al que se quiere amordazar, el único que no "se ha dado vuelta la chaqueta", el del único partido que reconoce a los militares en su declaración de principios, lo cual los demás, en pánico, suprimieron de las suyas a lo Groucho Marx ("éstos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros"), le va mal en las encuestas.

¡Oh, las encuestas! Deciden todo. ¿Lo merecen? El lunes, grabando con Arturo Grandón, candidato que recolecta firmas, en su espacio "Seguridad y Defensa Estratégica", me dice que quiso su nombre sondeado en las encuestas, pero "me pidieron 150 millones de pesos". Textual.

En este despojo de anomia e irracionalidad la izquierda ha convertido a "la joya más preciada de la corona latinoamericana" a que aludía en los '90 Clinton, en carta a su igual de Chile, Frei Ruiz-Tagle.

sábado, 9 de agosto de 2025

LANZAMIENTO

En la sede del Partido Nacional Libertario se va a presentar (será su único "lanzamiento") mi último libro, "Trampantojo". Es que éste es como "la fe bautismo" o el "certificado de nacimiento" de dicho partido. Pues él nació como consecuencia de que la derecha, constituida hasta entonces por el Partido Republicano, fue abandonada por éste, al adherir, siguiendo a su jefe, José Antonio Kast, al "Acuerdo por Chile" de Piñera y Boric.

El PNL no habría nacido sin esa "vuelta de chaqueta". Y sin ésta no habría habido segundo proceso constituyente. Explicar esto es esencial en un país cuya memoria política es tan corta y en el cual el relato político está infectado por "parásitos mentales" y consignas inoculados por la izquierda marxista..
Titulé el libro "Trampantojo" (apócope, aceptado por la RAE, de "trampa ante los ojos") porque así bautizó el autor de la infausta idea de llevar a cabo ese indebido proceso, el rector-columnista Carlos Peña, al texto final de la propuesta resultante, que fuera rechazada en el último plebiscito.

Si Chile hubiera sido un país normal, regido por la "rule of law", es decir, enmarcado en un estado de derecho, no habría habido "trampantojo". Tampoco lo habría habido si Kast y el Partido Republicano no hubieran abandonado su postura contra una nueva Constitución y que convirtió a éste en la colectividad más votada el 7 de mayo de 2023. Y hoy Kast sería el único candidato del sector y Kaiser continuaría como diputado de ese único partido de derecha.
 
Pero Chile no es un país previsible y cualquier cosa puede pasar. Tanto el gobierno como la oposición de centroderecha e, imprevistamente, los republicanos siguieron el infausto consejo del rector-columnista Carlos Peña, exallendista y miembro del directorio del Museo de la Memoria, que recomendaba "lanzar lejos" la Carta de 1980, que le dio a Chile los mejores 30 años de su historia y lo convirtió en "top one" mundial en reducción de la pobreza.

Es notable que la élite contemporizadora se prosterne ante una pluma de izquierda, como la de Peña. La Universidad Andrés Bello, con dueños de derecha, lo premió. Lo mismo hizo la Asociación Nacional de la Prensa, donde los que más pesan son los diarios de derecha. Una conspicua corredora de bolsa lo eligió para ilustrar políticamente, en una conferencia, a los tenedores de carteras en ella. Un izquierdista capitanea a quienes se supondría derechistas.

La cátedra denunció a tiempo la ilicitud del segundo proceso constituyente: el profesor y miembro del Tribunal Constitucional, José Ignacio Vásquez  había advertido en El Mercurio del 17 de enero de 2023 que los poderes colegisladores no tenían facultades para dictar una nueva Constitución. Pero no le hicieron caso.

Sin embargo, el pueblo tenía algo qué decir y los castigó, porque en la elección de consejeros para redactar la nueva Carta, le dio mayoría suficiente para impedir su dictación al único partido, el Republicano, que se había opuesto a ella en la campaña para los comicios del 7 de mayo de 2023. Y ese partido podía, con 22 consejeros de 50, hacer lo que le viniera en gana, pues la nueva Carta debía ser aprobada por 3/5 de los votos, y sin republicanos no se podía alcanzar ese quórum ni acordar nada. 

Por supuesto, sí podrían haber propuesto reformas que el texto necesitaba ("quien puede lo más --proponer una  nueva Carta-- puede lo menos" --reformarla). Por ejemplo, retornar a los tres quintos de los parlamentarios para modificarla, quórum que los demagogos habían rebajado a cuatro séptimos en medio de la fiebre revolucionaria de octubre de 2019.

¿Qué podía hacer entonces la derecha de verdad, la heredera de Pinochet, si se quedaba así sin ningún partido que la representara? Fundar otro. Y eso fue lo que hizo, no sin dudas iniciales, el diputado Johannes Kaiser, a quien la permanencia en el Partido Republicano se le había hecho insostenible ante el éxodo de su jefe hacia el Acuerdo Piñera-Boric. 

Con singular eficacia Kaiser entonces formó un partido de derecha a secas, que hoy está constituido en todo el país, con más de 50 mil inscritos. Y que lo tiene a él como único candidato presidencial de derecha que no "se da vuelta la chaqueta". 

Hoy es el único que representa a la opción de volver al país legado por Pinochet, sin guerrilla ni delincuencia desatada ni conflicto en la Araucanía ni inmigración descontrolada y que crecía más del 6 por ciento anual.

No creo en el gran cambio de las encuestas que hace ocho semanas mostraban a una Evelyn Matthei invencible y un Kast muy degradado, con Johannes acercándose o superando a Kast. No creo que la ciudadanía pueda haber honradamente cambiado tanto de opinión como para que hoy Evelyn esté a punto de caer y Kast se haya elevado tanto. Me llaman personas que antes eran consultadas por las encuestas y votaban por Kaiser y me dicen que ahora no las llaman. Veo en video a un profesional al cual la firma encuestadora llamaba siempre, pero ahora lo hace y no le consulta por quién votará, lo que lo lleva a suponer que utilizarán su número, que es parte de la muestra, para marcar una preferencia distinta a la suya. No se advierte una razón para un cambio tan grande de la opinión pública en dos meses. 

Por otra parte, creo que los cinco millones de votantes obligados, apolíticos, que cuando son consultados votan 52 % por "Ninguno" (CEP) van a volver a dar una sorpresa a los encuestadores, politólogos y a la corriente periodística dominante, como lo hicieron el 7 de mayo de 2023 para dar a la única derecha el triunfo que quiso y no pudo darle en aquella oportunidad, debido a la defección de los favorecidos con el veredicto ciudadano.

martes, 5 de agosto de 2025

IZQUIERDA DESIGNA CANDIDATA DE LA DERECHA

La izquierda ha alcanzado tal grado de control del "relato" en Chile, que uno de sus personeros más lúcidos, el economista Sebastián Edwards, ha dado su bendición a Evelyn Matthei como candidata de la derecha, diciendo que sería "una muy buena presidenta" (El Mercurio, 4 de agosto)

Advirtió, eso sí, que ella había cometido el error de decir que "las muertes habían sido inevitables" en 1973. Pero Evelyn replicó prontamente que se había arrepentido.

Es que todas las muertes son evitables.  

¿Y la derecha no tendrá algo qué decir? No, por supuesto: cuando lo dice se interponen acciones legales de la izquierda para que el Servel ponga término a la existencia del partido cuyo presidente ha dicho su verdad. Y para que el Tribunal Constitucional lo sancione e impida que lleve como candidato presidencial a Johannes Kaiser, por haber repetido en una entrevista lo que en su tiempo manifestaron Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin (aunque éste lo había olvidado 20 años después), Sergio Onofre Jarpa, Jorge Alessandri, Gabriel González Videla y hasta el exUP Luis Bossay: que los uniformados debían poner término a la situación de ilicitud general creada por Salvador Allende y su gobierno. Y añadió con toda lógica que si similares circunstancias volvieran a presentarse, debería volver a procederse de la misma manera.

Pero eso es hoy evitable y lo fue entonces. Si los guerrilleros de la Unidad Popular no hubieran disparado contra el carabinero Fabriciano  González Urzúa en 1973, que intentaba rescatar a una camarada herido por el fuego marxista, la muerte de aquél se habría evitado. 

Si Salvador Allende no hubiera armado a los partidos de la UP en los términos en que describió Carlos Altamirano a Patricia Politzer en su libro-entrevista a aquél, no habría muerto Fabriciano González Urzúa y tal vez no habría habido un 11 de septiembre. 

Y en ese caso la Escuela de Suboficiales de Carabineros no se llamaría hoy "Fabriciano González Urzúa" ni desfilaría bizarramente cada 19 de septiembre en el Parque O'Higgins, confirmando su decisión de luchar siempre contra la violencia ilícita.

Todas las muertes violentas son evitables hasta el momento en que alguien las torna inevitables.

El mérito de la izquierda es que, teniendo la culpa de haber tornado inevitables las muertes, se la ha echado a los militares y a derecha.

"La culpa de todo lo que ha sucedido en Chile la tiene exclusivamente la Unidad Popular", le escribió en octubre de 1973 Eduardo Frei Montalva al presidente internacional de la Democracia Cristiana, Mariano Rumor. 

Pero la derecha, a través de personajes que la condujeron sin siquiera pertenecer a ella, como Sebastián Piñera, ha asumido la culpabilidad, como "cómplice pasiva" de los militares, permitiendo: (1) Que los victimarios marxistas se transformaran en "víctimas"; (2) Que los terroristas agresores del MIR y del FPMR se transformaran en "agredidos"; y (3) Y que los totalitarios, que buscaban instalar acá un régimen similar al de Cuba y la URSS (a la cual Salvador Allende llamaba "nuestra Hermana Mayor") se transformaran en "demócratas" y le succionaran ya durante veinte años, enormes cantidades de recursos fiscales ilícitamente al erario.

Y a que ahora veden la libertad de expresión a los discrepantes de ellos.

¿Tiene remedio la dictadura de izquierda que se pretende instalar acá, que  impide la participación política al que piensa distinto y suprime su libertad de expresión? 

Por supuesto. Ya lo tuvo en 1973.